Hola a todos,
Hoy quería compartir con vosotros una película que vimos la semana pasada y que aunque es antigua yo no había visto.
Últimamento estamos viendo películas de Alfred Hitchcock para. Yo había visto algunas, como por ejemplo "Crimen Perfecto" o "Psicosis" pero hay muchas que no he visto.
La verdad es que nos centramos mucho en el cine actual yo la primera, no lo niego, y es cierto que hay películas antiguas que son muy muy buenas.
La primera película que vimos de este director fué "Extraños en un tren", muy buena también, pero esta última de la que os quiero hablar me gusto más.
La película es del año 1958 y voy a contaros un poco el argumento, sin desvelar demasiado, para que si la veis os pase como a mí, que te vas sorprendiendo según se va desarrollando el film.
Durante la persecución a un delincuente, un compañero del detective de policía Scottie Ferguson (James Stewart) cae al vacío desde una cornisa. Este hecho provoca en el detective una gran angustia y a partir de entonces sufre de vértigo, lo que provoca su retirada de la policía de San Francisco.
Un día recibe la llamada de un antiguo compañero de estudios, el cual está preocupado porque piensa que su mujer está poseida por un espíritu, y por lo tanto, reclama sus servicios para que se ocupe de vigilarla.
El trabajo de espiar a la mujer de su amigo, hace que toda su ocupación se centre en ella y poco a poco vaya descubriendo muchas incógnitas sobre esta mujer de la cuál acabará enamorado.
Y no os cuento más porque sino os desvelo parte de la historia....
Hitchcock, aparte de tenernos sumidos en un constante suspense durante toda la película (que para ser antigua dura más de dos horas), nos ofrece imágenes que se quedan grabadas en la retina, como por ejemplo esta que os pongo arriba del comienzo de la película. Es por esto, que gracias a las imágenes tan atrayentes que general, hay momentos en los que te das cuenta que llevan un montón de rato sin diálogo y la película sigue... También me gustaron las imágenes de acción por las calles empinadas tan caracteristicas de San Francisco, y la vista de su bahía al lado del Puente Golden Gate.
Hay un momento de la película también que nos sorprende con un montaje de imágenes, yo llamaría psicodélicas, que me parecieron muy modernas para los tiempos en los que se grabó la película.
Como siempre, Alfred Hitchcock, nos deja con la boca abierta.
Un saludo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario