Cetina, 19 de mayo de 2012
Por fin ha llegado el día esperado... Son las cinco de la tarde, y unos truenos me despiertan de la siesta... Ya ponía en el tiempo que iba a llover pero queriamos pensar que los del tiempo también se equivocan... pues no, ya está lloviendo y bien además...
Va pasando la tarde y llueve a ratos... sales a la calle y parece que todos vamos mirando al cielo con cara de preocupación.... "uy, por alli viene una nube, vaya pinta que tiene la tarde..." Madre mía.
Inaugurando el nuevo bar del pueblo (la tercera edad) nos quedamos atrapados por la lluvia, la protagonista incómoda de la tarde. Somos bastantes los alli presentes en el bar, sin poder salir por el chaparrón, y casi se nota en el ambiente los nervios de lo que pueda pasar o no pasar esta noche.
Es la hora de cenar y llueve... Es una noche de tradiciones, y en nuestra familia tenemos una que es que esa noche se cena tortilla de patata, si o si, no hay discusión.
Creo que una noche de contradanza sin tortilla de patata no sería lo mismo.
A las 11 menos veinte vienen unos familiares a casa y dicen que llueve bastante, en Calatayud en cambio no llueve... que suerte. Los nervios están a flor de piel, " a falta días... ¿¿¿tiene que llover ahora???". Salimos de casa sobre las 11 menos cuarto y.... ¡¡NO LLUEVE!! Increible pero cierto...
Subimos a la plaza cargados de toallas para secar las sillas (que menos mal que son de plástico), mantas y paraguas. El suelo está mojado pero no cae una gota. Las mariposas revolotean en el estómago hace bastante rato, yo diría que llevan todo el día dando vueltas lentamente y ahora se ponen a revolotear más rápido porque ha llegado el momento.
Tardamos pero conseguimos sentarnos, porque con los nervios del momento nos ponemos tan tontos que ya no sabemos ni donde colocarnos cada uno... somos 14 y casi todos queremos estar cerca de los demás. Somos un poco la leche.
De repente las luces de la plaza se apagan, y poco a poco se empieza a oir la música que nos envuelve...
Los contradanceros, los acompañantes, la banda y los altos cargos del pueblo van entrando y cada uno ocupa su lugar. Tardan más de la cuenta en empezar, yo creo que mirando a ver cómo está el suelo. Miramos al cielo y ahora mismo se ven las estrellas!!!
Empiezan a bailar, este año la música me suena mejor que otros años...más constante, viva y regular...
Cada año en estos momentos agradezco que todos los míos estemos un año más bien, y pido para que al año que viene podamos estar por lo menos igual.
Este año es especial porque dos personas importantes en mi vida han podido venir a verla. Son mis primos de 13 años que desde los 2 años no la habían visto... La contradanza saca las cualidades de cada uno, ella la ve seria y muy observadora, que parece que se le van a salir los ojos de las órbitas, y él no hace más que preguntar muy interesado y decir cosas que nos hacen gracia por cómo las dice... Verlos tocar palmas al ritmo de la música me emociona mucho.
Acabo de comentar con mi tía que la tengo al lado, que al final se ha quedado buena noche, cuando empiezan a caer gotas... Ya estamos... empieza a llover....
Tenemos que recoger la cámara de fotos y el trípode. Al principio no llueve mucho y nos tapamos con un pañuelo, pero en breve la lluvia es más intensa y hay que sacar los paraguas. Con caras de preocupación y un poco de rabia los paraguas llenan la plaza entrelazándose unos con otros. Nos mojamos casi más del agua que te cae de los paraguas de alrededor que de lo que llueve en sí, pero de allí no se mueve nadie. Si los contradanceros se mojan nosotros también. No veo en mi vida otra situación en la que me esté mojando tanto y siga sentada ahí en una silla...
Entre los paraguas intento ver las mudanzas pero hay algunas como el castillo que casi no puedo ver, y es que aunque intente asomar la cabeza no me llega para ver tan alto... También es coincidencia de que justo cuando más llueve toca hacer el castillo que es de las más difíciles... por si había poca emoción...
Al final la terminan, y es que tenemos una rasmia en este pueblo que vamos...no es contarlo como vivirlo ni mucho menos.
Uno de los momentos más emocionantes para mí siempre ha sido el final. Cuando los contradanceros cogen en volandas al diablo resucitado, y ya para terminar, cogen todos las hachas y la música suena a toda velocidad, mezclándose con los vítores de la gente diciendo cosas como "Aire!!" o "Vivan San Juan Lorenzo!!" y con el ruido de las palmas al ritmo frenético de la música.
Desde aquí quiero agradecer a los contradanceros y diablo de este año, que nos hayan permitido disfrutar un año más de la contradanza (y que sea por mucho años más); Jorge, Victor, Javier, Daniel, Leo, Javier, Samuel, Bernardo y Sergio. Gracias.
Luego durante la noche, es costumbre que los contradanceros sigan con la banda, por las calles del pueblo, y de rato en rato se paren y hagan alguna mudanza.
Este año al ser sábado es mucho mejor, porque en lugar de tener que volver a Calatayud para trabajar al día siguiente, nos quedamos a pasar la noche allí.
A la salida de la Luna nos los encontramos en la puerta y allí hacen el castillo y atención, el diablo se pone de punta cabeza!!! Ay Dios mio.
Luego en la discoteca, durante la orquesta, una banda por cierto que no tuvo mucho tino al no querer tocar la sintonía de la contradanza para que ellos bailaran un poco, como es costumbre, hicieron el retablo normal y luego también de punta cabeza!!! y mi pregunta es: ¿esto lo ensayan?
Bueno pues eso, tanto tiempo esperando y ya se acabó lo que se daba. Habrá que esperar un año más para disfrutar otra vez de ella, y volver a gritar:
¡¡¡VIVA SAN JUAN LORENZO!!!
¡¡¡VIVA SAN JUAN LORENZO!!!
